viernes, 1 de junio de 2012

MIDE TU SALUD: 

¿TIENES SANGRE ÁCIDA O ALCALINA? 


“El PH ácido de la sangre es el causante del 98% de las enfermedades degenerativas y mortales del hombre, y principalmente del cancer”. Otto Heinrich Warburg (1883-1970).

En el año 1931 el científico Otto Heinrich Warburg (1883-1970) recibió el premio Nobel por descubrir la causa primaria del cáncer en su tesis "La causa primaria y la prevención del cáncer". Según el Sr. Warburg, el cáncer es la consecuencia de una alimentación antifisiológica y un estilo de vida antifisiológico. ¿Por qué?

“Una alimentación antifisiológica (dieta basada en alimentos acidificantes y sedentarismo), crea en nuestro organismo un entorno de acidez y éste, a su vez, provoca la expulsión del oxígeno de las células.”

El Sr. Warburg afirmó:

"La falta de oxígeno y la acidosis son las dos caras de una misma moneda: cuando usted tiene uno, usted tiene el otro".

"Las substancias ácidas rechazan el oxígeno; en cambio, las substancias alcalinas atraen el oxígeno".

"Privar a una célula de oxígeno durante 48 horas puede convertirla en cancerosa".

"Todas las células normales tienen un requisito absoluto para el oxígeno, pero las células cancerosas pueden vivir sin oxígeno (esta es una regla sin excepción)".

"Los tejidos cancerosos son tejidos ácidos, mientras que los sanos son tejidos alcalinos".


Warburg escribió en 1968: “pronto recibiré un tercer premio Nobel, porque de aquí a dos o tres años habré solucionado el problema del cáncer”. Falleció dos años después a las puertas de su gran descubrimiento. Desde entonces la investigación para la cura del cáncer se desvió de los métodos nutricionales hacia los actuales métodos químicos, físicos y genéticos, todavía sin resultados convincentes.    

En su obra "El metabolismo de los tumores", Warburg demostró que todas las formas de cáncer se caracterizan por dos condiciones básicas: la acidosis y la hipoxia (falta de oxígeno). También descubrió que las células cancerosas son anaerobias (no respiran oxígeno) y no pueden sobrevivir en presencia de altos niveles de oxígeno. En cambio, sobreviven gracias a la glucosa siempre y cuando el entorno este libre de oxígeno.



Por lo tanto, el cáncer no sería nada más que un mecanismo de defensa que tienen ciertas células del organismo para continuar con vida en un entorno ácido y carente de oxígeno. Las células sanas viven en un entorno alcalino y oxigenado, lo cual permite su normal funcionamiento. Una vez finalizado el proceso de la digestión, los alimentos generarán una condición de acidez o alcalinidad al organismo en función de la calidad de las proteínas, los hidratos de carbono, las grasas, los minerales y las vitaminas.

El resultado acidificante o alcalinizante se mide a través de una escala llamada PH, cuyos valores se encuentran en un rango de 0 a 14, siendo el PH 7 un PH neutro. Es importante saber cómo afectan a la salud los alimentos ácidos y alcalinos, ya que para que las células funcionen en forma correcta y adecuada su PH debe ser ligeramente alcalino. En una persona sana el PH de la sangre se encuentra entre 7,40 y 7,45. Tener en cuenta que si el PH sanguíneo cayera por debajo de 7 entraríamos en un estado de coma próximo a la muerte.

La  alcalinidad  es  lo  opuesto  de  acidez,  este  término  se  interpreta  en  forma  muy limitada, la acidez se asocia al clásico ardor estomacal o a los flujos.  La adecuada comprensión  y  la  posterior  corrección  de  la  acidificación  orgánica,  servirá  para resolver  la  mayor  parte  de  los  grandes  problemas  que  afligen  a  la  salud  pública. Estos conceptos han sido científicamente demostrados por grandes investigadores de nuestro siglo y utilizados desde tiempos remotos en la medicina oriental. 

Dado que la química corporal genera infinidad de reacciones y exigencias especificas, intentaremos  comprender  aquí  como  funciona  el  mecanismo  base  del  equilibrio acido-alcalino  a  nivel  celular.  Los  trillones  de  células  que  componen  nuestro organismo, necesitan alimentarse, eliminar residuos y renovarse constantemente. A fin de satisfacer esta exigencia vital, la sangre cumple dos funciones vitales para el correcto funcionamiento celular: llevar nutrientes (sobre todo  oxigeno) y  retirar los residuos tóxicos que genera la transformación (metabolismo) de dichos nutrientes. A nivel celular se produce una especie de combustión interna, que libera calor corporal. Los residuos que se originan en este proceso de combustión, son de naturaleza acida y  deben  ser  evacuados  del  organismo  mediante  la  sangre,  a  través  de  las  vías naturales de eliminación (hígado, riñones, pulmones, piel).

Para  cumplir eficazmente dicha  tarea, y por otra  cantidad de  razones  orgánicas,  el plasma sanguíneo debe de mantenerse con un ligero nivel de alcalinidad. El PH de la sangre puede oscilar en un estrecho margen: entre 7.35 y 7.45 (“arriba de siete”). Al transgredir  estos  limites,  la  sangre  pierde  capacidad  de  almacenar  oxigeno  en  los glóbulos rojos y también pierde eficiencia en la tarea de eliminación de los residuos celulares.  En  pocas  palabras,  la  sangre  no  nutre  y  no  limpia  las  células,  génesis profunda  de  cualquier  enfermedad.  Para  dar  una  idea  del  estrecho  margen  de maniobra  del  PH  sanguíneo,  digamos  que  al  descender  de  7  se  produce  el  coma diabético  y  la  muerte.  Cuando  se  incrementa  el  nivel  de  acidez  sanguínea,  varios mecanismos (tampones) buscan restablecer este vital equilibrio. En todos los casos se requiere eliminar toxinas y metales pesados, con la suficiente presencia de bases (álcalis) que neutralicen los ácidos. O sea que un eficiente metabolismo celular exige un constante flujo de sustancias alcalinas, con el fin de poder eliminar y neutralizar los ácidos provenientes del alimento y del metabolismo celular.

En  primera  instancia  y  como  mecanismo  más  simple  hay  que  eliminar  toxinas  y metales pesados, y a su vez la sangre obtenga suficientes bases de los alimentos. 


¿LA RAZÓN DE TODAS LAS ENFERMEDADES?:





En  caso  de  carencia  (tanto  por  excesos  de  ácidos  circulantes  como  por  deficiencia nutricional de bases),  la sangre  echa mano a  dos mecanismos de  emergencia para preservar su equilibrio, uno consiste en derivar ácidos, depositándolos en los tejidos a  la  espera  de  un  mayor  aporte  alcalino.  Esto  genera  (reuma,  problemas circulatorios,  afecciones  de  piel,  etc.)  El  otro  mecanismo  es  recurrir  a  su  reserva alcalina:  las  bases  minerales  (calcio,  magnesio,  potasio)  depositadas  en  huesos, dientes, articulaciones, uñas y cabellos. De este modo, la sangre se convierte en un “saqueador”  de  la  estructura  orgánica,  con  el  único  objetivo  de  restablecer  el  vital equilibrio acido-básico que permite sostener el correcto funcionamiento orgánico.

Esta  lógica  funcional  es  la  homeostasis  orgánica,  que  significa  “mantener  la  vida generando el menor daño posible”, para el organismo, una menor densidad ósea no significa  peligro  para  la  vida,  pero  sí  un  PH  acido  en  la  sangre.  Así  funciona  el mecanismo de la descalcificación y la desmineralización. Los huesos ceden calcio en forma de sales alcalinas, se hacen frágiles y hay osteoporosis; las piezas dentales  se fisuras con facilidad y surgen caries; las unas muestran manchas blancas y se tornan quebradizas; las articulaciones degeneran y hay artrosis; el cabello se debilita y se cae; se advierten lesiones en las mucosas, piel seca, anemia, debilidad, problemas digestivos, afecciones de vías respiratorias, infecciones, sensación de frió, etc.Normalmente  no  se  asocian  estos  síntomas  con  la  acidez.  


Un  ejemplo  es  la osteoporosis,  clásica  enfermedad  de  acidificación.  Sin  embargo  se  le  combate inadecuadamente  con  alimentos  (lácteos)  que,  por  su  aporte  acido,  agravan  el problema. Otro ejemplo es la anemia, cuadro que consiste en la baja capacidad de lo glóbulos rojos para suministrar el oxigeno adecuado a los tejidos del cuerpo. Como vimos,  esto  es  consecuencia  de  la  acidificación  sanguínea.  El  sentido  común  nos indica  que  frente  a  osteoporosis  y  anemia,  lo  correcto  es  atacar  la  causa  profunda del problema: alcalinizar el organismo para neutralizar su acidez.

Por lo anterior podemos concluir que para permitir el normal trabajo de la sangre y las células, debemos de ser cuidadosos en la parte que realizamos a nuestro cuerpo a través de los alimentos que ingerimos. Por un lado tratamos de evitar alimentos (y situaciones,  según  veremos  mas  adelante)  acidificantes,  y  por  otro  incrementando  la  provisión  de  bases  a  través  de  una  mayor  ingesta  de  alimentos  alcalinizantes. Todo  esto  complementado  por  un  buen  aporte  de  oxigeno,  a  través  del  necesario movimiento, y un correcto funcionamiento de los órganos depurativos encargados de eliminar ácidos.

LA ACIDEZ, CAUSA DIRECTA DE CÁNCER.



Las Células Sanas viven en un entorno alcalino, y oxigenado, lo cual permite su normal funcionamiento.

Las Células Cancerosas viven en un ambiente extremadamente acido y carente de oxigeno.
El Doctor George W. Crile, uno de los cirujanos más importantes del mundo declaró abiertamente:

“Todas las muertes mal llamadas naturales no son más que el punto terminal de una saturación de ácidos en el organismo”.

“Contrario a lo anterior es totalmente imposible que un cáncer prolifere en una persona que libere su cuerpo de la acidez, nutriéndose con alimentos que produzcan reacciones metabólicas alcalinas y aumentando el consumo del agua pura; y que, a su vez, evite los alimentos que originan dicha acidez, y se cuide de los elementos tóxicos. En general el cáncer no se contagia ni se hereda…lo que se hereda son las costumbres alimenticias, ambientales y de vida que lo producen.”

“La lucha de la vida es en contra de la retención de ácido”. “El envejecimiento, la falta de energía, el mal genio y los dolores de cabeza, enfermedades del corazón, alergias, eccemas, urticaria, asma, cálculos y arteriosclerosis no son más que la acumulación de ácidos.”

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(FUENTE: www.wikipedia.org, Instituto Nacional del Cáncer de EEUU, Centro Internacional de Cáncer y Nutrición)