miércoles, 27 de junio de 2012

Los negativos efectos cardiovasculares del ozono


La exposición crónica, aunque sea en cortos periodos de tiempo, produce cambios fisiológicos en el organismo que se relacionan con las enfermedades cardiovasculares. Un pequeño, pero concluyente estudio que se publica en Circulation muestra que la exposición al ozono en un grupo de voluntarios sanos durante dos horas causaba cambios fisiológicos asociados con las enfermedades cardiovasculares. Más concretamente, los participantes del estudio mostraron signos de inflamación vascular, una capacidad inferior para disolver el bloqueo de las arterias, trombo sanguíneo y los cambios en el sistema nervioso que controla el ritmo del corazón. Afortunadamente, los alteraciones fueron temporales y reversibles.





La capa de ozono a nivel del suelo se crea cuando los contaminantes de los vehículos, de las plantas energéticas, la industria, los productos químicos, etc. reaccionan en presencia de luz solar. Algunos estudios epidemiológicos ya han advertido de que ha una relación entre la exposición aguda a la capa de ozono y la muerte, pero poco se sabe acerca de las vías fisiopatológicas que intervienen en este proceso.

«Este estudio proporciona una explicación plausible sobre la relación entre la exposición al ozono y la muerte», explica Robert B. Devlin, de la Agencia de Protección Ambiental Nacional y Efectos Ambientales de EE.UU. Ahora bien, el trabajo se ha centrado en una única exposición a corto plazo y no en los efectos de años de exposición al ozono.

Ozono saludable

Los investigadores expusieron a 23 voluntarios, de edades entre los 19 y 33 años, a 0,3 partes por millón (ppm) de ozono. La dosis es superior a los niveles que la Agencia de Protección Medioabiental(EPA) de EE.UU. recomienda ( 0,076 ppm). Sin embargo, una persona respirando 0,3 ppm durante dos horas recibe más o menos la misma cantidad de ozono que una persona que respira 0.076 ppm durante ocho horas, reconoce Devlin.

Los participantes del estudio se sometieron a dos exposiciones controladas: una con aire limpio y la segunda con aire contaminado. Ninguno se quejó después de la inhalación de aire limpio o de ozono. Sin embargo, inmediatamente después y a la mañana siguiente de la inhalación de ozono las pruebas mostraron cambios vasculares significativos: aumento de los niveles de interleuquina 1 beta -un marcador de la inflamación que parece desempeñar un papel clave en las enfermedades del corazón-; disminución de un inhibidor activador del plasminógeno y el plasminógeno -componentes claves en la disolución de los trombos sanguíneos que pueden formarse a lo largo de las paredes arteriales-, y un cambio en el ritmo cardíaco.

La Organización Mundial de la Salud calcula que 2 millones de personas en todo el mundo, en su mayoría ancianos con enfermedad cardiovascular, mueren a causa de la exposición aguda a la contaminación del aire.







miércoles, 20 de junio de 2012

Más del 50% de las mujeres mayores del 50 años padece hipertensión.


Más del 50 por ciento de las mujeres mayores de 50 años tiene problemas de hipertensión y una de cada tres sufre diabetes o algún trastorno de metabolismo de los hidratos de carbono o colesterol elevado, según los datos de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Entre los factores de riesgo cardiovascular destacan la edad, la menopausia, los antecedentes familiares o el grupo étnico al que se pertenece. No obstante, sobre estos factores no se puede actuar aunque sí sobre aquellos que influyen en la presión arterial, los lípidos, el peso corporal, la intolerancia a glucosa o la diabetes, el tabaquismo, y los niveles de estrógenos.

Asimismo, el hábito de fumar es uno de los principales riesgos cardiovasculares ya que, aunque el número total de fumadores adultos ha disminuido en España en los últimos 20 años, el porcentaje de niñas adolescentes que se inicia en el hábito tabáquico ha aumentado.



Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de tres de cada diez fallecimientos en España se deben a una enfermedad cardiovascular. En concreto, en las mujeres, las enfermedades cerebrovasculares son la principal causa de muerte y, en la actualidad, es responsable del 35,10 por ciento de los fallecimientos.

Y es que, la edad juega, sin duda, un papel importante tanto en hombres como en mujeres, con un aumento de la prevalencia de enfermedad cardiovascular a medida que se envejece. Sin embargo, en el caso de las mujeres, la aparición de factores de riesgo cardiovascular va asociado a la llegada de la menopausia.

"La caída de estrógenos que ocurre tras la menopausia se ha asociado a diferentes mecanismos relacionados con la enfermedad cardiovascular, como son el desarrollo de la arteriosclerosis, la alteración de la actividad de los miocitos, deterioro de la reactividad vascular, modificaciones del perfil lipídico, etcétera", según explica el miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), Plácido Llaneza, que estos días celebra su XII Congreso Nacional en Alicante.

INCREMENTO DE LA ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR TRAS LA MENOPAUSIA

En este sentido, la mayoría de los estudios observacionales a los que hace referencia este experto muestran un incremento de la enfermedad cardiovascular tras la menopausia y, en el caso de las mujeres que sufren un fallo ovárico prematuro o una menopausia precoz, se registra también un aumento de la morbimortalidad por enfermedad cardiovascular. "Tras la menopausia, la mujer deja de recibir la protección natural de los estrógenos y se multiplican algunos de estos factores de riesgo cardiovascular, incrementándose la prevalencia de obesidad, dislipemias y diabetes", recalca este experto.



Por su parte, el presidente de la AEEM, Rafael Sánchez Borrego, recuerda que los avances de la medicina y los conocimientos actuales permiten establecer diagnósticos precoces y valorar factores de riesgo, con el fin de poder establecer tratamientos y, lo más importante, medidas preventivas.

"Es importante que a través de campañas y los profesionales de la salud, se haga llegar la información y aumentar la concienciación de mantener hábitos saludables a lo largo de toda la vida, para alcanzar una madurez, no sólo cumpliendo más años si no manteniendo una buena calidad de vida e independencia", subraya.

Y es que precisamente, según incide Borrego, el lema del Congreso este año, 'Rumbo al Bienestar', representa "a la perfección" el objetivo que consiste en plantear un panorama terapéutico y preventivo que garantice el envejecimiento femenino saludable de las mujeres mayores de 40 años y se encaminen al bienestar.

HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES

Por otra parte, los expertos destacan la importancia de animar a la mujer a seguir una dieta correcta que incluya muchos de los componentes tradicionales de la dieta mediterránea para evitar que se produzcan este tipo de complicaciones.

"Lo aconsejable es que el consumo de grasa total no supere el 30 por ciento del aporte energético diario, donde las grasas saturadas deben representar un tercio del consumo de grasa total y haciendo hincapié en evitar los alimentos que contengan niveles altos de sal", explica Llaneza.



En segundo lugar, se aconseja la práctica de ejercicio físico moderado, de forma ideal realizando 30 minutos de actividad física la mayoría de los días de la semana, con una intensidad que suponga el 65 y el 70 por ciento de la frecuencia máxima promedio. "En caso de que exista hipertensión arterial, deberían descartarse otras causas secundarias de hipertensión y los fármacos de elección durante la menopausia parecen ser los IECA o los ARAII", precisan los expertos.

Finalmente, si fuese necesario el empleo de estatinas u otros fármacos útiles para la prevención primaria o secundaria, los especialistas recomiendan la colaboración del médico especialista en este campo, ya que muchos de los datos obtenidos con estos tratamientos provienen de estudios realizados en varones y parece que no funcionan del mismo modo en las mujeres.

viernes, 15 de junio de 2012

El 80 por ciento de los pacientes con insuficiencia cardiaca sobreviven un año después de un trasplante de corazón


El 80 por ciento de los pacientes con insuficiencia cardiaca sobreviven un año después de un trasplante de corazón, según están explicando desde este jueves y hasta este sábado los expertos durante la IX Reunión de la Sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) que se celebra en Valencia.

En la actualidad, hay 500.000 personas en España que padecen insuficiencia cardiaca, de las cuales un uno por ciento "no puede controlar su enfermedad con fármacos y deberían ser trasplantados", explican desde la sociedad científica. Sin embargo, sólo se puede realizar este proceso a la mitad de ellos "por falta de órganos", indican.

De cualquier forma, las personas que si reciben el trasplante tienen una tasa de éxito "muy elevada", la cual se sitúa en el 90 por ciento al mes de la operación, según los resultados de 2011 del Registro Español de Trasplante Cardiaco. La validez de este centro se constata con el dato de que cuenta con información de 6.500 trasplantes realizados en España en los 18 hospitales habilitados para las operaciones cardiacas y los dos para las cardiopulmonares.



EL PERFIL DEL PACIENTE ES UN VARÓN DE 50 AÑOS CON MALA CALIDAD DE VIDA.

Para el presidente de la Sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la SEC y director del Registro Español de Trasplante Cardiaco, el doctor Luis Almenar, la supervivencia "ha ido mejorando a medida que se ha mejorado el conocimiento del tratamiento inmunosupresor y el manejo de las complicaciones". En cuanto al perfil de la persona que espera un donante, ésta es "un varón de unos 50 años con muy mala calidad de vida y con ingresos repetidos por fallo severo del corazón", indican.

No obstante, durante la reunión científica organizada por la SEC también ocupará un espacio importante el debate sobre la situación actual de las insuficiencias cardiacas. Esta patología, por la que "el 50 por ciento de los afectados fallece a los cinco años, todavía no tiene un tratamiento eficaz", sostienen. Además, el tratamiento de estos pacientes "genera el 2 por ciento del gasto del sistema sanitario", manifiestan.

(FUENTE EUROPA PRESS:  http://noticias.lainformacion.com/salud/enfermedades-cardiacas/el-80-por-ciento-de-los-pacientes-con-insuficiencia-cardiaca-sobreviven-un-ano-despues-de-un-trasplante-de-corazon_Ce6Uxvh42nmEzqXpZgpSY2/)

viernes, 1 de junio de 2012

MIDE TU SALUD: 

¿TIENES SANGRE ÁCIDA O ALCALINA? 


“El PH ácido de la sangre es el causante del 98% de las enfermedades degenerativas y mortales del hombre, y principalmente del cancer”. Otto Heinrich Warburg (1883-1970).

En el año 1931 el científico Otto Heinrich Warburg (1883-1970) recibió el premio Nobel por descubrir la causa primaria del cáncer en su tesis "La causa primaria y la prevención del cáncer". Según el Sr. Warburg, el cáncer es la consecuencia de una alimentación antifisiológica y un estilo de vida antifisiológico. ¿Por qué?

“Una alimentación antifisiológica (dieta basada en alimentos acidificantes y sedentarismo), crea en nuestro organismo un entorno de acidez y éste, a su vez, provoca la expulsión del oxígeno de las células.”

El Sr. Warburg afirmó:

"La falta de oxígeno y la acidosis son las dos caras de una misma moneda: cuando usted tiene uno, usted tiene el otro".

"Las substancias ácidas rechazan el oxígeno; en cambio, las substancias alcalinas atraen el oxígeno".

"Privar a una célula de oxígeno durante 48 horas puede convertirla en cancerosa".

"Todas las células normales tienen un requisito absoluto para el oxígeno, pero las células cancerosas pueden vivir sin oxígeno (esta es una regla sin excepción)".

"Los tejidos cancerosos son tejidos ácidos, mientras que los sanos son tejidos alcalinos".


Warburg escribió en 1968: “pronto recibiré un tercer premio Nobel, porque de aquí a dos o tres años habré solucionado el problema del cáncer”. Falleció dos años después a las puertas de su gran descubrimiento. Desde entonces la investigación para la cura del cáncer se desvió de los métodos nutricionales hacia los actuales métodos químicos, físicos y genéticos, todavía sin resultados convincentes.    

En su obra "El metabolismo de los tumores", Warburg demostró que todas las formas de cáncer se caracterizan por dos condiciones básicas: la acidosis y la hipoxia (falta de oxígeno). También descubrió que las células cancerosas son anaerobias (no respiran oxígeno) y no pueden sobrevivir en presencia de altos niveles de oxígeno. En cambio, sobreviven gracias a la glucosa siempre y cuando el entorno este libre de oxígeno.



Por lo tanto, el cáncer no sería nada más que un mecanismo de defensa que tienen ciertas células del organismo para continuar con vida en un entorno ácido y carente de oxígeno. Las células sanas viven en un entorno alcalino y oxigenado, lo cual permite su normal funcionamiento. Una vez finalizado el proceso de la digestión, los alimentos generarán una condición de acidez o alcalinidad al organismo en función de la calidad de las proteínas, los hidratos de carbono, las grasas, los minerales y las vitaminas.

El resultado acidificante o alcalinizante se mide a través de una escala llamada PH, cuyos valores se encuentran en un rango de 0 a 14, siendo el PH 7 un PH neutro. Es importante saber cómo afectan a la salud los alimentos ácidos y alcalinos, ya que para que las células funcionen en forma correcta y adecuada su PH debe ser ligeramente alcalino. En una persona sana el PH de la sangre se encuentra entre 7,40 y 7,45. Tener en cuenta que si el PH sanguíneo cayera por debajo de 7 entraríamos en un estado de coma próximo a la muerte.

La  alcalinidad  es  lo  opuesto  de  acidez,  este  término  se  interpreta  en  forma  muy limitada, la acidez se asocia al clásico ardor estomacal o a los flujos.  La adecuada comprensión  y  la  posterior  corrección  de  la  acidificación  orgánica,  servirá  para resolver  la  mayor  parte  de  los  grandes  problemas  que  afligen  a  la  salud  pública. Estos conceptos han sido científicamente demostrados por grandes investigadores de nuestro siglo y utilizados desde tiempos remotos en la medicina oriental. 

Dado que la química corporal genera infinidad de reacciones y exigencias especificas, intentaremos  comprender  aquí  como  funciona  el  mecanismo  base  del  equilibrio acido-alcalino  a  nivel  celular.  Los  trillones  de  células  que  componen  nuestro organismo, necesitan alimentarse, eliminar residuos y renovarse constantemente. A fin de satisfacer esta exigencia vital, la sangre cumple dos funciones vitales para el correcto funcionamiento celular: llevar nutrientes (sobre todo  oxigeno) y  retirar los residuos tóxicos que genera la transformación (metabolismo) de dichos nutrientes. A nivel celular se produce una especie de combustión interna, que libera calor corporal. Los residuos que se originan en este proceso de combustión, son de naturaleza acida y  deben  ser  evacuados  del  organismo  mediante  la  sangre,  a  través  de  las  vías naturales de eliminación (hígado, riñones, pulmones, piel).

Para  cumplir eficazmente dicha  tarea, y por otra  cantidad de  razones  orgánicas,  el plasma sanguíneo debe de mantenerse con un ligero nivel de alcalinidad. El PH de la sangre puede oscilar en un estrecho margen: entre 7.35 y 7.45 (“arriba de siete”). Al transgredir  estos  limites,  la  sangre  pierde  capacidad  de  almacenar  oxigeno  en  los glóbulos rojos y también pierde eficiencia en la tarea de eliminación de los residuos celulares.  En  pocas  palabras,  la  sangre  no  nutre  y  no  limpia  las  células,  génesis profunda  de  cualquier  enfermedad.  Para  dar  una  idea  del  estrecho  margen  de maniobra  del  PH  sanguíneo,  digamos  que  al  descender  de  7  se  produce  el  coma diabético  y  la  muerte.  Cuando  se  incrementa  el  nivel  de  acidez  sanguínea,  varios mecanismos (tampones) buscan restablecer este vital equilibrio. En todos los casos se requiere eliminar toxinas y metales pesados, con la suficiente presencia de bases (álcalis) que neutralicen los ácidos. O sea que un eficiente metabolismo celular exige un constante flujo de sustancias alcalinas, con el fin de poder eliminar y neutralizar los ácidos provenientes del alimento y del metabolismo celular.

En  primera  instancia  y  como  mecanismo  más  simple  hay  que  eliminar  toxinas  y metales pesados, y a su vez la sangre obtenga suficientes bases de los alimentos. 


¿LA RAZÓN DE TODAS LAS ENFERMEDADES?:





En  caso  de  carencia  (tanto  por  excesos  de  ácidos  circulantes  como  por  deficiencia nutricional de bases),  la sangre  echa mano a  dos mecanismos de  emergencia para preservar su equilibrio, uno consiste en derivar ácidos, depositándolos en los tejidos a  la  espera  de  un  mayor  aporte  alcalino.  Esto  genera  (reuma,  problemas circulatorios,  afecciones  de  piel,  etc.)  El  otro  mecanismo  es  recurrir  a  su  reserva alcalina:  las  bases  minerales  (calcio,  magnesio,  potasio)  depositadas  en  huesos, dientes, articulaciones, uñas y cabellos. De este modo, la sangre se convierte en un “saqueador”  de  la  estructura  orgánica,  con  el  único  objetivo  de  restablecer  el  vital equilibrio acido-básico que permite sostener el correcto funcionamiento orgánico.

Esta  lógica  funcional  es  la  homeostasis  orgánica,  que  significa  “mantener  la  vida generando el menor daño posible”, para el organismo, una menor densidad ósea no significa  peligro  para  la  vida,  pero  sí  un  PH  acido  en  la  sangre.  Así  funciona  el mecanismo de la descalcificación y la desmineralización. Los huesos ceden calcio en forma de sales alcalinas, se hacen frágiles y hay osteoporosis; las piezas dentales  se fisuras con facilidad y surgen caries; las unas muestran manchas blancas y se tornan quebradizas; las articulaciones degeneran y hay artrosis; el cabello se debilita y se cae; se advierten lesiones en las mucosas, piel seca, anemia, debilidad, problemas digestivos, afecciones de vías respiratorias, infecciones, sensación de frió, etc.Normalmente  no  se  asocian  estos  síntomas  con  la  acidez.  


Un  ejemplo  es  la osteoporosis,  clásica  enfermedad  de  acidificación.  Sin  embargo  se  le  combate inadecuadamente  con  alimentos  (lácteos)  que,  por  su  aporte  acido,  agravan  el problema. Otro ejemplo es la anemia, cuadro que consiste en la baja capacidad de lo glóbulos rojos para suministrar el oxigeno adecuado a los tejidos del cuerpo. Como vimos,  esto  es  consecuencia  de  la  acidificación  sanguínea.  El  sentido  común  nos indica  que  frente  a  osteoporosis  y  anemia,  lo  correcto  es  atacar  la  causa  profunda del problema: alcalinizar el organismo para neutralizar su acidez.

Por lo anterior podemos concluir que para permitir el normal trabajo de la sangre y las células, debemos de ser cuidadosos en la parte que realizamos a nuestro cuerpo a través de los alimentos que ingerimos. Por un lado tratamos de evitar alimentos (y situaciones,  según  veremos  mas  adelante)  acidificantes,  y  por  otro  incrementando  la  provisión  de  bases  a  través  de  una  mayor  ingesta  de  alimentos  alcalinizantes. Todo  esto  complementado  por  un  buen  aporte  de  oxigeno,  a  través  del  necesario movimiento, y un correcto funcionamiento de los órganos depurativos encargados de eliminar ácidos.

LA ACIDEZ, CAUSA DIRECTA DE CÁNCER.



Las Células Sanas viven en un entorno alcalino, y oxigenado, lo cual permite su normal funcionamiento.

Las Células Cancerosas viven en un ambiente extremadamente acido y carente de oxigeno.
El Doctor George W. Crile, uno de los cirujanos más importantes del mundo declaró abiertamente:

“Todas las muertes mal llamadas naturales no son más que el punto terminal de una saturación de ácidos en el organismo”.

“Contrario a lo anterior es totalmente imposible que un cáncer prolifere en una persona que libere su cuerpo de la acidez, nutriéndose con alimentos que produzcan reacciones metabólicas alcalinas y aumentando el consumo del agua pura; y que, a su vez, evite los alimentos que originan dicha acidez, y se cuide de los elementos tóxicos. En general el cáncer no se contagia ni se hereda…lo que se hereda son las costumbres alimenticias, ambientales y de vida que lo producen.”

“La lucha de la vida es en contra de la retención de ácido”. “El envejecimiento, la falta de energía, el mal genio y los dolores de cabeza, enfermedades del corazón, alergias, eccemas, urticaria, asma, cálculos y arteriosclerosis no son más que la acumulación de ácidos.”

ENLACES DE INTERÉS:




PDFs:



(FUENTE: www.wikipedia.org, Instituto Nacional del Cáncer de EEUU, Centro Internacional de Cáncer y Nutrición)